Una psicóloga revela la frase que te ayudará a acabar con la procrastinación para siempre

¿Eres de los que pospone infinitamente la alarma del móvil? ¿Te distraes mirando para las musarañas y dejas para más tarde las tareas menos apetecibles? ¿Haces de la procrastinación un arte? Tal vez este truco pueda ayudarte.

Amantha Imber, psicóloga organizativa y fundadora de Ia consultora Inventium, compartía recientemente en la revista Fast Company una valiosa lección extraída de su experiencia. La experta relató que cuando le encargaron escribir varios post para las redes sociales de Inventium, la idea no le gustó nada, y decidió irla posponiendo mientras el deadline se aproximaba.

"Aunque me encanta escribir, odio crear contenidos para las redes sociales. Lleva mucho tiempo convertir pensamientos largos en frases cortas, concisas y que merezcan la pena. Así que, naturalmente, dejé esta tarea para más tarde, hasta que se acercó la fecha límite", cuenta.

La voz en su cabeza le dictaba pensamientos desagradables para que completase esta labor a regañadientes, haciéndole sentir que estaba defraudando a su equipo. Y aquí entra en juego otra historia: la de Turia Pitt.

Imber esboza la dura historia de Turia Pitt, que en 2011 al correr una maratón de 100 kilómetros, se vio atrapada en un incendio y padeció quemaduras en el 65% de su cuerpo. No solo sobrevivió, sino que completó un Ironman en 2 ocasiones, es autora de bestsellers y está implicada en múltiples labores humanitarias. Y en 2017 dio a luz a su primer hijo, Hakavai.

Después de ser madre, se dio cuenta de que se decía a sí misma todo el tiempo que tenía que hacer ciertas cosas por obligación, como poner la colada o lavarle a la comida. 

"Cuando te dices a ti misma que tienes que hacer cosas es muy fácil que te molesten y que las sientas como una obligación y como algo que en realidad no quieres hacer", explicaba Pitt sobre esa voz interior que la asediaba. Pero Pitt decidió virar el timón y realizar un sencillo cambio. Empezó a decir: "puedo hacerlo", de manera que sus acciones se traducían en "consigo algo".

"Consigo jugar con Havakai , consigo estar cerca de él y consigo verle crecer". La deportista explicaba que al transformar el verbo que usaba en su cabeza, convertía las obligaciones en elecciones u oportunidades, algo por lo que tenía que estar agradecida. 

En su vida profesional, aplicar esta estrategia también le condujo a muchas alegrías: es clave para expresarse con claridad y perder los nervios a la hora de dar conferencias magistrales.

"Tengo que pararme y recordarme a mí misma que no es que tenga que dar un discurso, sino que puedo darlo. Es una oportunidad increíble que una sala llena de gente quiera escucharme y quiera oír lo que tengo que decir", recoge Fast Company. 

Esta sencilla estrategia, tal y como desglosa Amantha Imber, replantea las actividades, transformando las tareas en regalos y aprovechando la motivación intrínseca, en lugar de la extrínseca. En lugar de guiarte por una fuerza exterior, alinea tus elecciones para que estén en consonancia con los valores y deseos propios.

Ya lo sabes: a partir de ahora, convierte el "tengo que hacer esta tarea", por "puedo hacer esta tarea". Así, se modificará el propósito y se sincronizará con lo que verdaderamente importa.